Cuando tenia 14 años ya me sentía como una niña. Me gustaba echarme polvos en mi carita y rímel transparente en mis pestañas. Los hilos que usaba los lavaba y los secaba a escondidas en mis pestañas habitación. Y para las vacaciones escolares me gustaba irme al rancho de mi abuela, junto con ella vivía mi tío el menor. El un día me llamo a su hamaca el estaba acostado y me sentó entre sus piernas y pude sentir como se iba poniendo bien duro y en ese momento yo quedé fría era un choque de realidad, pero era mi tío y yo no podía decir nada. Entonces eso fue todo y el afán del día paso. A los días el se estaca duchando y grito “tráeme toalla” y le lleve toalla…(espera la segunda parte papi)